miércoles, 17 de agosto de 2011

De la intolerancia y otros demonios...


En estos tiempos, nuestra ciudad está siendo víctima de varios demonios, que con el pasar de los días, parecen ser más graves

Los ladrones, que poco a poco se van apropiando de sectores cada vez más grandes , día a día aumentan  los casos de personas que temen adentrarse en ciertas zonas, cuadras, incluso puentes peatonales, por el temor de no salir vivos, o por lo menos completos de ellos. La policía no parece proteger al ciudadano; vemos las campañas de “no dar papaya”, tal vez los bogotanos no dan papaya, pero ayudaría un poco el hecho de que las leyes fueran más fuertes con estos parásitos que desangran a la ciudad, a costa de las buenas personas que son sus víctimas. Taxistas, motociclistas, parrilleros, peatones, ya no hay nadie en quien se pueda confiar.

Y la inseguridad es solo la punta del iceberg. También tenemos el grave caso de intolerancia que se ve en todas las calles de la ciudad; con conductores que viven pegados al pito, pasajeros que se gritan unos a otros por no dejar pasar, ciclistas que le echan la bicicleta encima a los peatones. ¿Qué pasó por esa cultura ciudadana por la que luchamos años atrás? Ahora vemos en la mayoría de los carros carteles de “inteligencia vial” o “el pito no empuja”, pero la duda que queda latente es: ¿será que estos conductores aplican lo que están predicando? ¿Sabrán los conductores que el peatón es el que tiene la prelación? Claro que es fundamental decir que los peatones mismos no saben apreciar su vida: cruzan una avenida, justo debajo del puente peatonal, y cuando llegan al otro lado, lo hacen con una gran sonrisa en el rostro, porque fueron capaces de burlar a los conductores, pero, ¿y si la historia hubiera sido otra? ¿si no hubieran burlado a los conductores? Sr peatón, por si Ud. No lo sabe, si ocurre un accidente al menos a 50m del puente peatonal, es su culpa.

Y bueno, qué decir de la crisis vial, los interminables trancones que nos tenemos que aguantar los bogotanos, y todo porque la alcaldía sigue lloviendo sobre mojado, arreglando calles en perfecto estado, justo en horas pico, y olvidando aquellas cuyo impacto no sería tan grave y mejoraría la movilidad de la ciudad.

Este es el momento indicado para reflexionar y meditar acerca de lo que queremos para nosotros y para nuestra ciudad, estudiar con cuidado las propuestas de los candidatos a la alcaldía y trabajar para recuperar la seguridad, y cultura ciudadana que alguna vez nos hizo una ciudad casi que ejemplar en Latino América

1 comentario:

  1. Todo un cáncer. Un cáncer que a veces pienso sólo tendría solución reinventando nuestra historia.

    Sólo nos queda (y no podemos perder) el sueño de que, educando nuevas generaciones, y haciendo nuestro mejor esfuerzo personal, algún día (ojalá cercano) podamos acercarnos a ser considerados un país civilizado.

    @Afacevedo

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