jueves, 27 de octubre de 2011

Un Cuento de Niños?

Cambiando un poco de tema, y por tener variedad, hoy les traigo una historia, de esas que todos conocemos: un grupo de niños (de los que no faltan en los conjuntos), amigos desde que tienen memoria, ni se acuerdan como ni cuando empezaron a jugar y a compartir; de forma irremediable el tiempo paso, y la adolescencia y sus alborotadas hormonas empiezan a hacer de las suyas, y de repente una de las niñas empieza a sentir cosas por uno de sus amigos, ese con el que siempre salía corriendo, cuando jugaban a las escondidas. Al darse cuenta de esto, ella ya no sabe como portarse cuando él esta presente. Y como el tiempo no perdona, los antes amigos inseparables, dejan poco a poco de jugar, de pasar largos ratos hablando o viendo películas, claro que hay ciertos nexos, conexiones que se rehúsan a romperse a pesar de todo, y así este par de amigos continúan hablando y se convierten en confidentes, ella espera, aguarda el día en que el le diga que siente algo por ella, pero los meses, años pasan y no sucede, él consigue novia y ella no puede evitar sentir celos, pero se come su orgullo y sus celos y sigue siendo la amiga que siempre esta ahí, la consejera, esperando pacientemente.

Él no ha dejado de acompañarla en cada momento especial; una noche, después de una celebración del cumpleaños de ella, hay un acercamiento, un abrazo estrecho, unos labios que se rozan, una mirada en la oscuridad… Luego, el amanecer, al día siguiente ella espera, él actúa como si nada hubiera pasado, mientras ella baila de felicidad a la vez que muere por dentro cada hora que pasa y que no han hablado de “eso”. Eventualmente ella piensa que fue un asunto de tragos y que es mejor dejar todo así, empieza a salir con una persona, y cuando él se entera, se siente como un felino que se eriza, algo que no le gusta, ¿qué esta pasando acá? Se pregunta, ¿Qué es esto que siento? ¿Son acaso celos? …pero…. ¿De ella?, luego él decide alejarse de ella, sin dar razón ni excusa alguna.

Días y meses pasan, tiempo después empiezan de nuevo a hablar, a acercarse, ella vuelve a sentir aquello que pensó que no sentiría de nuevo (por lo menos no por él). Y así, una tarde después de una llamada que fue algo así como:

-          Alo?
-          Hola
-          Hola, ¿como vas?
-          Bien ¿y tu? ¿Estas ocupada?
-          No mucho
-          ¿Vamos por una cerveza?
-          OK.
-          Listo, ya paso por ti.

Luego de la primera cerveza, la segunda en camino, están cada vez más cerca, y él, finalmente, decide botarse al agua, le dice que se ha dado cuenta que está sintiendo cosas por ella, ese fue el sueño de ella por meses, incluso años, que esperó por ese momento… pero esta historia no tiene un final feliz, ella se ha dado cuenta con el tiempo la clase de hombre que es él, y decide que eso no es lo que quiere para ella; después de que ella lo esperara por tanto tiempo, él no estaba dispuesto a hacer lo mismo por ella, entonces, esta amistad allí murió.

¿Qué hacer cuando lo que se ha anhelado por años, llega al fin en un momento en que ya no se quiere? La respuesta nunca será sencilla, pero una buena opción es seguir soñando, porque son los sueños nuestro mejor motor.

1 comentario:

  1. El "problema" no es encontrar lo que se ha anhelado o esperado.. el "problema" es haberlo anhelado, haberlo esperado..
    Por un lado.. callar muchas veces significa perder grandes oportunidades..
    y por otro lado, anhelar, esperar, alimentar una ilusión, e incluso a veces idealizar, es solamente nuestra culpa.. y nuestro error.

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