Pues si, ya sé que estamos a mas de mitad de diciembre, y que este año ya está en las últimas, pero decidí dedicarle unas líneas al mes que no dejan ser, noviembre.
El pobre está atrapado entre las 2 celebraciones (comerciales) mas grandes; Halloween que lo disfrutan tanto niños como grandes (los que no son amargados) y navidad, con su eterno frenesí y la fiebre navideña que invade a la gente y hace que los centros comerciales estén a reventar.
El mes ha perdido su identidad, se supone que eran 30 días de transición entre las brujas y el niño Dios (o papá Noel, lo que ud prefiera), pero ahora, ni siquiera se ha acabado octubre, cuando ya se ven en las calles lucesitas, campanas, ángeles y cualquier otra cantidad de referencias navideñas.
Cada año, las casas se “visten” más temprano de navidad. El irrefrenable deseo de las mamás de ver expuestos, los adornos que han estado encerrados y guardados durante casi un año es algo contra lo que nadie puede pelear. La casa se arregla el día que ellas digan.
Propongo hacer una campaña, para recuperar esos 30 días, para que vuelva a ser un mes normal, creo que noviembre envidia a febrero o a marzo, son meses normales, tranquilos, no les han robado nada. Ni ellos han robado a nadie. ¡Por un noviembre libre de brujas y de duendes! ¡Por un noviembre libre de negro, naranja, verde y rojo! ¡Liberemos a Noviembre! Porque él lo merece.
PD: el título de este blog hace referencia al libro infantil “El oso que no lo era” de Frank Tashlin, cuenta la historia de un oso que un día se despierta después del invierno y encuentra que hicieron una fábrica en su bosque, en la que empieza a trabajar, una vez lo han convencido de que él no es un oso, sino un hombre peludo. Si ud. no lo ha leído, éstas son las dos portadas que tiene, para que lo busque.


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