Desde que tengo uso de razón, siempre he estado rodeada de libros y literatura, en la mesa de noche de mi hermana y de mis papás, nunca faltó un libro, es por eso que desde siempre los libros han sido una parte muy importante en mi vida.
Pero bueno, ¿por qué leer? Porque cada libro es una puerta a un nuevo mundo, lleno de personajes que dan ganas de conocer y querer y otros a los que se ama detestar. Porque cada libro es un amigo, esperando pacientemente a que cada alguien quiera leerlo, y se deleite con sus palabras. Porque no hay mayor placer al de encontrar un libro de esos que obsesionan, que no se pueden dejar de leer, por la necesidad y curiosidad de saber qué va a pasar. Porque un libro es tan poderoso que puede hacerte reír y también llorar. Porque un libro magia, una maquina que activa nuestra imaginación y es capaz de tocar las fibras más profundas del ser.
Con el tiempo, empecé a sentir la necesidad de plasmar mis ideas, que trascendieran, para que pudiera recordarlas con la misma claridad del primer día, recordar exactamente lo que pensaba y lo que sentía y fue por eso que empecé a escribir.
¿Por qué escribir? Porque las palabras son y dan poder, el poder de transportar, de transmitir ideas, pensamientos, sentimientos. En cualquier escrito es fundamental el orden y las palabras que se escogen, porque cada una es particularmente importante, así como son igualmente importantes el espacio y el silencio. Escribir es una ventana a aquello que tal vez no nos atrevemos a decir, pero que escrito parece simplemente fluir. Escribir es plasmarse a sí mismo sobre el papel. Dibujarse con palabras.
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