Se sabe que uno está en una sociedad que se está yendo para el carajo cuando alguien prefiere atravesar una avenida para coger un bus, arriesgando su vida, cuando a la gente no le vale un centavo la propiedad pública o común, y a pesar de ver que se está dañando, su única acción es ignorarlo, hacer caso omiso de su entorno esconderlo tras el techado de un celular, simulando estar ocupadísimos; cuando no se puede confiar en quien se para a tu lado en un bus, por miedo a que te estén robando; cuando la política de la ciudad es no castigar al ladrón, sino decirle al ciudadano "No dé papaya".
Esta ciudad tomó un expreso con destino al traste, sin escalas, el egoismo, la falta de sentido de pertenencia con nuestros vecinos nos está carcomiendo.
Claro que no todo es malo, se debe hacer la salvedad, los buenos somos más, pero la corrupción, el clientelismo y la pereza son más fuertes.
Me complace ver en la calle gente que va por la calle, luciendo una sonrisa; la educación y la cultura son nuestras únicas armas.
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